—¿Estás desnuda debajo de eso? —preguntó sin aliento.
—En cueros.
Él retrocedió un poco.
—No puedo decidir si esa es la cosa más caliente que he oido nunca...
—¿O?
—O si quiero matar a todo aquel que te haya visto así.
—No estoy enseñando nada.
—Aún no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario