«—Ten cuidado —le dijo él con voz ronca—. Te llamaré para que ambos sepáis cuando es bueno volver aquí.
No lloró ni protestó cuando el final llegó. Ella sólo asintió con la cabeza, giró sobre sus talones y se fue al coche de su padre.»
No lloró ni protestó cuando el final llegó. Ella sólo asintió con la cabeza, giró sobre sus talones y se fue al coche de su padre.»
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